domingo, 1 de septiembre de 2013

Una aparición Mariano-Franca antes del arranque del ¿curso?. Del anecdotario veraniego.


Comenzamos el curso, parece.
Ustedes van a perdonar, pero bien saben que en nuestro colectivo hay gente de varios países y algunos no nos acostumbramos. Suena tan escolar eso de “curso” que no sabemos si eso de tratar a la población como escolares y de que la población se sienta como tal es una reminiscencia del franquismo o de dónde proviene. Los niños vuelven a clase y los adultos a venderles su ficción de la vida, la sociedad, la ciencias... 
Se inicia el “curso” escolar, “curso” político, con cursos de yoga, cursos de danza,  cursos de capacitación de monitor espacial aunque nunca viajemos al espacio, cursos de gestión cultural aunque no gestionemos ninguna cultura, curso de chamanismo virtual aunque vivamos en una neursosis inaguantable, curso del INEM que nos capacita para no incorporarnos a ningún trabajo y así seguimos hinchándonos de preparación sin destino alguno y a la deriva anual en el país de la insensatez... Bueno, también hay cursos de sensatez seguramente.
En fin, solo es un comentario veraniego y lejos de nosotros empezar el  año con explícito exepticismo. No nos vamos a poner aquí a decir que a algunos nos parece un tamaño infantilismo esta mentalidad social porque no. No insistan, no, no, que no lo diremos. Cada uno en lo suyo. Que el exepticismo lo alimenten otros. Para ello está todo el batallón de intelectuales y periodistas críticos, sobre todo progres y recontra progres que alimentan todo el “curso escolar” de espléndidas inflamaciones llena de lucidez, análisis exhautivos e hipertextos de toda hondura y carga estadística y que son los que por suerte hacen posible que podamos vivir un “curso verdaderamente crítico”.  Vamos, que si no fuera por ellos aquí todo el mundo andaría envenenado de crítica. Mejor que se especialice y no tener que leer a un montón de blogueros, facebookeros y twiteros desordenados.
Así es que mejor  vayamos a nuestra actividad, que para eso nadie nos paga y que por séptimo año consecutivo intentamos afrontar la mejora de nuestro modelo de cine, esa obsesión nuestra llamada Cine sin Autor. 
O no. La verdad es que estos días de comienzo del “curso” están dedicados a contarse anécdotas. Algunos de nosotros que hemos hecho viajes históricos de la mano de algunos guías especializados (porque salen gratis, vamos, que basta con un libro y un sillón) podemos contar una. Por si les interesa hacer los viajecitos gratuitos ponemos algunos de los guías y su recorrido: Manuel Palacio (El cine y la transición política en España), José Luis Castro de Paz y Josetxo Cerdán (Del Sainete al esperpento - una relectura del cine de los años 50) Enrique Lacolla (El Cine en su época, una historia política del filme), Luis Deltell Escolar, Juan García Crego y Mercedes Quero Gervilla (Breve historia del Cine) y seguimos con Vicente J. Benet  ( El cine español, una historia cultural) que ya hemos mencionado. 
En medio de estos recorridos fue que tuvimos una aparición  que podemos contar al volver de vacaciones.
Nos contaba Vicente (al final nos encariñamos con los guías como en todo viaje), las maniobras de construcción de imagen del generalísimo en el Noticiario Español, principal recurso de propaganda cinematográfica franquista durante la guerra: “Franco, como líder, planteaba problemas para su construcción carismática en los medios de comunicación, fundamentalmente debido a su escasamente atractiva presencia física, su restringida preparación intelectual y la ausencia de magnetismo en su personalidad, por no hablar de su desinterés por implicarse en doctrinas políticas. Los esfuerzos por trasladar a través de los medios artísticos o de comunicación una imagen solemne de Franco fueron intensos por parte de los más importantes propagandistas y creadores que tomaron partido en su causa... la paupérrima fotogenia del Caudillo dio pie a unas consignas de montaje que buscaron, al mismo tiempo, mostrar y ocultar al líder a base de múltiples imágenes de corta duración o flashes rápidos de su figura y de su rostro. Toda esta estrategia buscaba una construcción carismática un tanto fantasmal, ya que se basaba en la acumulación  y la reiteración de esos instantes fugaces y de rápidas desapariciones.”
Y lo complementaba junto a las estrategias de propaganda del primer franquismo de las cuales una de las dos principales era: “la elaboración de un aparato retórico plagado de metáforas que no remitían a ideas políticas concretas, sino más bien a rotundos gestos de enmascaramientos...que fraguaron conceptos e imaginarios de una magnitud tan inconmensurable como etérea: El Alzamiento, el Imperio, la Raza, la Cruzada, el Caudillo, el Destino en lo Universal, el Movimiento Nacional... remitían vagamente a un territorio difuso, a menudo evocador de un pasado que parecía retornar para ratificar la eternidad de los auténticos valores patrios, aunque al mismo tiempo fijaban una dinámica histórica imparable. En parte, ese lenguaje pretendiá borrar los trazos de la modernidad para reuperar un marco conceptural premoderno, anclado en valores ancestrales”
Hete aquí que en mitad de este viaje gratuito y para distraernos con alguna vanalidad decidimos ver el reality parlamentario del 1 de agosto, aquella esperada  comparecencia de Mariano (uno se encariña también con sus verdugos). Fue ahí cuando al encontrarnos absortos en dicho espectáculo, y viendo a aquel esperpéntico tipo de “escasamente atractiva presencia física..restringida preparación intelectual y ... ausencia de magnetismo en su personalidad, por no hablar de su desinterés por implicarse en doctrinas políticas” y recordando su apariciones furtivas en los medios seguido de apariciones fantasmales en monitores, cuando no viéndolo balbucear entre papeles escritos “conceptos e imaginarios de una magnitud tan inconmensurable como etérea... que remiten vagamente a un territorio difuso a menudo evocador de un pasado que parecía retornar para ratificar la eternidad de los auténticos valores patrios, aunque al mismo tiempo fijaban una dinámica histórica imparable... y con aquel lenguaje que claramente pretendía “borrar los trazos de la modernidad para recuperar un marco conceptual premoderno, anclado en valores ancestrales” fue allí, decíamos, que tuvimos la desconcertante aparición Mariano Franco o el Particularísimo (que no Generalísimo) Rajoy.
Comprenderán ustedes que uno entre en estado de perplejidad y acabe con una depresión veraniega de magnitud histórica. No hace falta más comentarios suponemos.
Esa es nuestra anécdota que no pretende humor alguno sino más bien compartir la preocupación desgarradora por ver el futuro nefasto que nos espera en este “curso escolar” y el reality perverso de las castas que nos desprecian.
Y ahora sí, luego de esta aparición histórica, les anunciamos que empezamos el año.
Nos espera una nueva etapa de posproducción y cierre de los cinco proyectos de la Fábrica de Cine sin Autor, cierre también de la película Negra Blanca realizada en la localidad murciana de Blanca y trabajos en marcha del grupo de Toulouse que terminarán una pequeña película y se lanzarán con la Caravana de Cinema sans Auteur (allí tenemos un pequeño estudio-caravana, si) con una película coordinada desde tres puntos itinerantes del barrio donde operan.
Luego comenzaremos, si seguimos vivos, la etapa de difusión y muestras de nuestra compleja aventura cinematográfica. Arrancamos. 

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